
El nuevo edificio ScienceLab para la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad del Azuay es un lugar para la experimentación científica. Su núcleo central está constituido por laboratorios de ensayos mecánicos e hidráulicos. A él se integran salas y oficinas para la investigación con equipamiento e instalaciones especiales. Además de la investigación, la misión de los laboratorios es la de brindar servicios a la comunidad universitaria, a las empresas, tanto públicas como privadas, y al público en general.
El edificio se inserta en el campus universitario sustituyendo una edificación provisional de una planta por una de dos plantas. Se considera a las edificaciones colindantes y a las interrelaciones con su entorno más cercano como la calle y un espacio de estancia posterior. Como resultado, se propone reconfigurar favorablemente la morfología del tramo donde se emplaza el nuevo edificio.

La reconfiguración del tramo es una intervención que no solamente se circunscribe al laboratorio como edificio. La fachada de láminas modulares prefabricadas se extiende hacia las edificaciones colindantes de una sola planta, conformado un solo frente de fachada hacia la calle y los laterales. De hecho, las fachadas están concebidas como cierres que se materializan mediante elementos modulares de láminas de fibrocemento unidos con juntas constructivas que visualmente provocan líneas que se refuerzan con la presencia de la luz y a la vez le imprimen el carácter de laboratorio tecnológico.
En la fachada principal se destaca el volado de la planta alta del laboratorio, que por contraste se diferencia del resto de la fachada de fibrocemento por su recubrimiento en aluminio color gris oscuro. De esta manera se marca el ingreso principal. Esta fachada tiene ventanas rehundidas piso-techo y delante láminas verticales de acero corten perforado a medida, que regulan el paso de la luz natural y las vistas a la salas y oficinas.

La planta está concebida como un cuadrado dividido a la mitad por la circulación, tanto vertical como horizontal. Esta une la calle frontal con el lugar de estancia posterior, mejorando la conectividad del entorno. En corte se diferencian los usos: en la planta baja los laboratorios y en la planta alta salas de investigación y oficinas. Las dos plantas están articuladas e integradas por una escalera central sobre la cual ingresa luz desde la cubierta, que se constituye en el artífice que irradia iluminación a los espacios y le da materialidad arquitectónica.


Se ha optimizado el aprovechamiento del sol para un adecuado soleamiento, iluminación natural y confort térmico al interior del edificio mediante estrategias de diseño en cuanto al tratamiento de fachadas, ventanas, lucernario, quiebrasoles, todo lo cual permite un ahorro energético. En la cubierta, se ha colocado un conjunto de paneles fotovoltaicos que le confiere un alto grado de autonomía energética al edificio y que está integrado a la red eléctrica de la empresa pública.

Finalmente, vale destacar que en el caso de los espacios de los laboratorios se ha propuesto crear un ambiente creativo, mediante la iluminación y la introducción dosificada del color. Este es el caso del muro de hormigón en color rojo primario para pruebas de carga. Este elemento añade a su valor funcional una faceta de hecho pictórico en el que se refuerza la relación fondo-figura.








Ing. José Vásquez
Departamento de Planeamiento de la Universidad del Azuay.