(MEMORIA TECNICA)
PROYECTO: PORTAL DEL EJIDO-GARDEN APARTMENTS
AUTOR: PEDRO ESPINOSA ABAD
COLABORADORES: FELIPE COBOS / DIEGO PROAÑO / SURREALESTUDIO
CIUDAD/PAIS DEL PROYECTO: CUENCA-ECUADOR
Contrario a un encargo común, en donde por lo general el cliente llega a la oficina del arquitecto con un terreno específico y un programa a ser resuelto, este proyecto nace como un “concepto idealista” buscado por una pareja de extranjeros que luego de unas largas vacaciones por Centro y Sudamérica, deciden quedarse a vivir en la ciudad de Cuenca e invertir sus ahorros en un proyecto inmobiliario de pequeña escala pero de alta calidad espacial, pues éste sería su nuevo hogar también. El encargo empezó por buscar un sitio que debía estar dentro o junto al casco histórico y que a su vez cumpla con un sinnúmero de condiciones de confort, servicios y vistas hacia la ciudad. Que mejor encargo que ese!!!…que el arquitecto busque el sitio ideal para cumplir las condiciones de dicho proyecto de vivienda que ya empezaba a cocinar muchas expectativas en cuanto a espacios, materiales, y sobre todo calidad de vida (requerimiento innegociable de sus propietarios). Otra condición adicional tenía que ver con la parte de innovación desde lo constructivo, ya que el promotor del proyecto trabajaba en su país de origen en este campo, y buscaba que el edificio tenga este factor de diferenciación con la oferta normal de proyectos similares en la ciudad. Su esposa en cambio, buscaba un proyecto verde, amigable, de un estándar muy elevado en cuanto a parámetros de confort. Así nació el edificio Portal del Ejido-Garden Apartments, anglicismo sincretizado a la ciudad ya que incorpora el concepto de cubiertas y terrazas verdes en sus departamentos y que busca en su arquitectura un balance completo entre nueva tecnología y construcción artesanal. Dicho balance se puede explicar desde el hecho que casi la totalidad de su estructura (desde los muros de contención y sótanos) fue prefabricada en diversos componentes de hormigón pretensado, un mecano poco familiar para los transeúntes de una ciudad tan arraigada a lo histórico-conservacionista, pero que poco a poco iba mutando a un lenguaje muy cercano a los procesos locales mediante el uso del ladrillo rústico matizado (hecho especialmente para el proyecto en un formato y color especial por artesanos de la zona) y balcones-voladizos revestidos en duela de madera de chonta (pambil), ahora transformados a un nuevo lenguaje arquitectónico más sobrio y atemporal, presente en toda la envolvente del edificio.
Interiormente, el usuario es recibido por un generoso lobby de acceso solucionado por una gran pared de agua y un pequeño jardín interior, que da pistas acerca del concepto de diseño antes mencionado. Además, el proyecto cuenta con una cancha de raquetball, un gimnasio, una sala de yoga en el último piso rodeada por una gran cubierta verde (césped natural) y vegetación perimetral, lo que rompe el paradigma de que el “último piso” debe ser el penthouse, entendido siempre como el departamento más exclusivo y costoso. En este caso, toda el área del último piso es el área pública donde todos los condóminos disfrutan de un increíble jardín-bbq con una vista excepcional al centro histórico de Cuenca.