El proyecto parte de la reflexión sobre la ciudad que estamos construyendo y la ciudad que queremos. Una ciudad que segrega y divide, que construye individuos que no generan ni se preocupan por sus relaciones humanas, pues ahora no conocemos a nuestros vecinos, palabra que se asocia a la vecindad, de vecindario, de identidad grupal, de agrupaciones territoriales pero además históricamente tradicionales, gremios de artesanos unidos en el territorio por ejemplo, como en nuestras ciudades de antaño, la Suelearía, la Convención del 45, el Vado, la Pasamanería, etc. nombres y actividades que identificaban y nos hacían pertenecer a la ciudad. Ahora no somos de ningún lado y no conocemos a nadie, no somos ni nos sentimos parte de la ciudad y peor aún del problema, somos tan unitarios que poco nos preocupa el espacio público que se ha tomado el vehículo, principal motor del individualismo actual.
 Este cuestionamiento es el que ha guiado la propuesta del proyecto, 15 patios, con el objetivo y el convencimiento claro de lograr lugares de reunión y encuentro, que sirvan de filtro visual y físico pero a su vez que integren y promuevan las relaciones entre la ciudad y la casa, entre el ciudadano y la ciudad, es decir la relación clara entre el espacio público, semipúblico y privado; estructura simple que define a la ciudad compleja, trasladado al urbanismo interno de una unidad habitacional mal llamada condominio, término legal que conceptualiza al mismo como espacio o propiedad compartida, pero que sin embargo genera una separación de un grupo de personas frente a la sociedad, que además regula y controla el acceso de los propietarios del bien, induciendo incluso a la generación de murallas que forman guetos en el interior y agrupaciones definidas por etnias, procedencia e incluso clase social.
Esta es la ciudad que construimos …. ¿Será esta la ciudad que queremos? El Proyecto La arquitectura como complemento, elemento ordenador y generador de espacio, pero que sin lugar a duda plantea la desaparición de los límites para integrarse con respeto al resto del conjunto. Así se podría definir la actuación realizada.
 DESCRIPCION DE LA PROPUESTA: Nos hemos acostumbrado a ser los arquitectos de las normativas, tanto es así que ellas construyen forma, nos guían volumétricamente en las decisiones que tomamos y por eso influimos negativamente en la ciudad, será que hay que empezar por flexibilizar la norma?, será que el patio frontal y posterior son el reflejo de la ciudad que queremos?, dos espacios divididos por un volumen que impide relacionarlos, por lo que terminan siendo siempre el patio de la lavandería y el servicio y el lugar para el vehículo, condicionando las relaciones humanas puertas adentro. En un condominio la situación se agrava porque debemos crear una mini ciudad dentro de la ciudad, inclusive con vías privadas.
Las plantas bajas de las edificaciones terminan siendo verdaderos claustros, pues al mantener la privacidad colocamos cortinas de gran peso que obstaculizan las ventanas contradictoriamente abiertas para observar el vehículo parqueado al frente en el mejor de los casos. Por esto, la decisión de correr la fachada principal a un segundo espacio, más privado, con grandes ventanales y que usa como filtro la vegetación. Hacia el frente se cierra la fachada en planta baja, pero deja un patio muy bien definido por la topografía generada por el terreno, que identifica un espacio como propio, pero no lo encierra, más bien lo acoge y permite una clara lectura entre el espacio de transición ciudad – casa. En este espacio se ubica un árbol nativo y frutal en cada casa que generara la actividad de cosecha de aguacates y guabas, al mismo tiempo que proveerá de sombras y protección del viento a dos bancas que generaran la reunión y convivencia exterior al estilo de la plaza central de cualquiera de nuestras ciudades coloniales.
Adentrándonos en el proyecto vamos descubriendo otro patio que ya se anotó anteriormente, el patio social por su relación funcional, física y visual con el espacio contiguo, espacio de recepción y filtro visual, semipúblico de la trilogía antes nombrada. Este permite una relación a través de puertas corredizas de vidrio al espacio interior o da acceso también a través de la puerta principal al uso cotidiano de la casa.
Por último, un tercer patio que no deja de ser importante, sustituye al tan criticado patio posterior convertido en lavandería y espacio de servicio, se relaciona necesariamente con los usos en planta baja pensados para generar actividad en el exterior, el patio en donde se emplazara una parrilla para realizar un asado, relacionado directamente con la cocina, la sala y el comedor. Esta secuencia de espacios exteriores que van desde la ciudad y que detalle anteriormente disuelven sus límites, nos invitan a pasar a un espacio público menor que es el área social de la vivienda, de la misma manera, disolviendo sus límites nos introduce en el área más privada que serían las habitaciones. ¿La casa en si es un elemento transparente y traslucido, muros de materiales comunes como el vidrio, la madera y el ladrillo materializan la propuesta, pero, que los vuelve transparentes o traslucidos? … su relación con los espacios abiertos, dotados de vegetación. Obviamente en la planta superior todas las visuales son permitidas y por eso la casa plantea una serie de aberturas en los muros pesados del bloque superior que permiten conectar visualmente los espacios de descanso con la ciudad en sus dos extremos. Sin duda una propuesta interesante que cuestiona y promueve nuevas formas de habitar, que se basan en las relaciones sociales, como todos sus visitantes lo afirman, son casas extrovertidas y alegres. Sera que la arquitectura tiene carácter? O será más bien que las generaciones de espacios relacionados generan un cambio en el carácter de las personas que los habitan, haciéndonos extrovertidos y alegres, queda planteado el proyecto como un pequeño laboratorio dispuesto a comprobación.

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